A finales del siglo XX, podía afirmarse que Hitler estaba más vivo y con más influencia que en la cumbre de su poder medio siglo antes. ¿Cómo ha alcanzado Hitler esta posición? ¿No está muerto? ¿Cómo puede ser tan prominente más de cincuenta años después de su defunción? Esta cuestión de Hitler en la actualidad posee diversos problemas históricos que están íntimamente conectados con otros morales. En este trabajo, sin embargo, pretendo concentrarme primordialmente en su dimensión histórica. A la luz del sorprendente ascenso de Hitler en la moderna conciencia histórica, esto puede llevarnos a la siguiente pregunta: ¿No hemos otorgado al dictador nazi un poder aún mayor que cuando estaba vivo y comandando sus divisiones de la Wehrmacht en el punto culminante de sus conquistas?
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