Son muchas cajas negras a conocer, pero escasa la luz desprendida por nuestras estrellas. Lejos de reducirse al ámbito de la experimentación, la instrumentalización de animales no humanos en el desarrollo tecnológico se ha convertido en un buen recurso periodístico, a la vez que una estrategia de marketing rentable. Cómo no recordar el resignado rostro de Laika a bordo del Sputnik II o la eterna sonrisa del clon más famoso del siglo XX. Mascotas en el espacio, animales domésticos mejorados genéticamente, o incluso la pretendida resurrección de especies extinguidas nos dan a conocer nuevas innovaciones tecnológicas mientras éstas consiguen el mayor impacto mediático posible. Cómo se construyen estas estrellas o qué papel desempeñan en la producción del conocimiento serán algunas de las inquietudes a abordar en este artículo. Para ello se ha tomado como caso de estudio el análisis de la comunicación científica el nacimiento de la oveja Dolly en Roslin.
Many black boxes are still awaiting discovery, yet our stars shed little light on the subject. Far from being limited to the sphere of experimentation, the instrumental use of non-human animals in technological development has become a useful journalist resource, as well as a profitable marketing strategy, e.g., Laika’s resigned expression while boarding Sputnik II or the eternal smile of the twentieth century’s most famous clone, Dolly the sheep. Animals in space, genetically improved pets and even the hopes of resurrecting extinguished species introduce us to new technological innovations, while achieving the greatest media impact possible. This article addresses the way these stars are constructed and the role they play in the production of knowledge, among other issues. To do so, an analysis of the scientific communication of Dolly’s birth in Roslin has been used as a case study.
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