El uso de bisfosfonatos, fármacos análogos del pirofosfato inorgánico que inhibe la función de los osteoclastos, ha aumentado considerablemente en los últimos años bien para la prevención de la ostoporosis en la menopausia, tomados por vía oral, o en el tratamiento del mieloma múltiple y de las metástasis óseas del cáncer de pulmón, mama y próstata por vía intravenosa. Este fármaco, unido a las características de los huesos maxilares y a la elevada frecuencia de traumatismos y de procesos infecciosos que suelen darse en esta zona, se ha relacionado con la aparición de osteonecrosis especialmente en la mandíbula, por lo que, tanto el odontólogo como los médicos responsables de prescribir estos fármacos, deben conocerlo con el fin de poder prevenirlo informando al paciente sobre los riesgos derivados de la toma de estos fármacos así como aconsejando al paciente las medidas preventivas que debe emplear. Además el odontólogo debe realizar revisiones periódicas a los pacientes antes y durante el tratamiento con bisfosfonatos siempre con el fin de evitar procesos infecciosos y tratamientos invasivos que aumentan el riesgo de producir osteonecrosis.
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