Se describe una instalación implantada para la reducción, mediante oxidación térmica, de las emisiones atmosféricas de compuestos orgánicos volátiles (COV), como las debidas al uso de disolventes, y cuya concentración se puede encontrar con frecuencia en condiciones de explosividad.
La entrada en vigor del Real Decreto 117/2003, de 31 de enero, sobre limitación de emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV) debidas al uso de disolventes orgánicos, así como la Ley 16/2002, de 1 de julio, relativa a la Prevención y Control Integrado de la Contaminación (IPPC), obligará a muchas industrias a la colocación de dispositivos para el tratamiento y la eliminación de efluentes gaseosos con diversas cargas de compuestos orgánicos.
La oxidación térmica está considerada como una de las mejores tecnologías disponibles (MTD) para el tratamiento de estos efluentes gaseosos y muy adecuada para la reducción de COV en corrientes de gases con una alta concentración de hidrocarburos, ya que se obtiene una eficacia de depuración muy elevada con un consumo aceptable de energía. Por efecto de la temperatura, los COV se combinan con el oxígeno para formar CO2, vapor de agua y los óxidos de los elementos que forman parte de la molécula.
Los factores que intervienen en la oxidación son los siguientes:
- Temperatura de reacción:
¿ Hidrocarburos no halogenados: 750-800ºC.
¿ Hidrocarburos halogenados: 1.000-1.200ºC.
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