El cuadro borderline representa un lugar oscuro en psiquiatría. Una pequeña revisión de la historia del concepto lo demuestra.
Las aproximaciones diagnósticas DSM-IV y CIE 10 no contribuyen a esclarecer este estado de cosas. En nuestra opinión, el diagnostico psicoanalítico extraído de la estructura de la personalidad es el que más contribuye a disipar esta confusión.
La psicoterapia de grupo de orientación psicoanalítica proporciona a este tipo de pacientes la contención necesaria y tras ella la posibilidad de intentar que en su estructura personal se haga posible la internalización de los vínculos. Su falso self y la pobreza de su mundo interno, así como la frecuencia con que se presentan reacciones terapéuticas negativas, dificultan esta incorporación vincular.
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