En este artículo se estudian las profundas consecuencias que la entrada de China en la OMC tiene para las inversiones extranjeras. Su adhesión al Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (GATS) implica la liberalización de la participación de empresas extranjeras en sectores, anteriormente cerrados, tan importantes como las telecomunicaciones, los seguros, la banca, la distribución comercial, el turismo y los servicios profesionales, con los límites establecidos en el Protocolo de Adhesión. Por otra parte, la adhesión al Acuerdo sobre Inversiones relacionadas con el Comercio (TRIMS) supone cambios fundamentales en la normativa, tales como la eliminación de algunos de los actuales requisitos de exportación o el mantenimiento de balances en moneda extranjera, aplicables hasta la fecha a las filiales en China de las empresas extranjeras.
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