El cáncer de ovario es una neoplasia poco común y así representa el 4 % de todos los cánceres que afectan a la mujer y el 20 % de los cánceres genitales. El riesgo de padecerlo es 1:70. La mayoría son esporádicos y el 5 % parece ser de origen genético. El diagnóstico se inicia con distensión abdominal causada por la ascitis, masa pélvica, sangrado vaginal, abdomen agudo o por la presencia de adenopatías inguinal, axilar o supraclavicular. La supervivencia está relacionada con: la edad, el estadío tumoral, grado de malignidad, volumen tumoral tras cirugía, cariotipo, tipo histológico y la expresión de CD-34, EGFR, fms, erbB2 y CA-125. El diagnóstico precoz se podría realizar mediante sreening de las mujeres de menos de 35 años que presenten antecedentes familiares o a las mayores de 35 años, tras observar anormalidad en el resultado de la medición de CA-125. El tratamiento inicial es siempre quirúrgico, siendo la quimioterapia coadyuvante con cisplatino y ciclofosfamida imprescindible. Pasados 6 ciclos de quimioterapia se debe realizar una segunda laparotomía para conocer fielmente el estado real de la enfermedad. La radioterapia se emplea en los tumores localizados y la quimioterapia en los diseminados.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados