Una de las primeras imágenes que nos vienen a la mente cuando pensamos en la antigua Roma es la de los banquetes. Si hemos de creer lo que se ve en las películas, en ellos se servían grandes cantidades de comida y el vino corría a raudales. ¿Qué hay de real y qué es ficción respecto a aquellos festines desenfrenados?
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