Resumen de La socialización escolar: un viaje hacia ninguna parte
Puede que sorprenda el título de la presente comunicación, pero pretendemos demostrar que ese "viaje a ninguna parte" describe bastante bien la realidad actual de la socialización escolar. Para empezar, hablar de socialización escolar implica analizar primero el modelo de sociedad en el que se inscribe. En este sentido, es bien conocido que la idea clásica de sociedad preponderante prácticamente hasta los años 70, ya no explica el complejo entramado de relaciones político-económico-socio-culturales que tiene lugar en estos momentos. A diferencia de la idea clásica en la que un modelo coherente de explicación del funcionamiento de la sociedad se traducía en un modelo único y coherente de socialización escolar, la complejidad de la sociedad actual conlleva distintos modelos de socialización concluyentes y en ocasiones contrapuestos. Así, se constata cómo conviven modelos basados en la transmisión de valores económicos (flexibilidad, competitividad, eficiencia, flexibilidad, libertad de elección,¿), con otros con un fuerte componente tanto político (éxito personal vinculado al logro académico, igualdad de oportunidades y desigualdad de distribución socio-económica, democracia,¿) como cívico/humanitario (solidaridad, paz, tolerancia,¿), que por propia naturaleza nunca podrían conformar un todo coherente, pero que sin embargo explican el proceso de socialización que está teniendo lugar en el sistema educativo. A su vez, las proporciones en las que concurren estos distintos modelos de socialización, compañeros forzosos de ese viaje a ninguna parte, creemos que dependen de manera clara del nivel de enseñanza, de la titularidad y el ideario de cada centro. No obstante, ahondando en la misma complejidad a la que hemos hecho referencia en un principio, consideramos, por un lado, que la titularidad no explica por sí sola el predominio de los modelos anteriormente citados, debiéndose tener en cuenta la clase social de la clientela de los centros escolares, ya que ésta define las prioridades educativas de sus hijos; y por otro, que los idearios, a su vez, no tienen por que coincidir con las prácticas docentes cotidianas.
Un último apunte para la reflexión: partiendo de estos modelos, ¿cómo construyen los alumnos su experiencia escolar?. Es decir, participando ahora el alumno del doble rol de actor y sujeto del proceso de socialización escolar, y teniendo en cuenta que actualmente se considera protagonista absoluto de su vida, ¿qué tipo de construcciones realizan los alumnos para conformar su identidad?
