La atracción que actualmente ejerce el término Excelencia y su utilización con múltiples propósitos y significados, genera una primera e importante dificultad cuando se pretende vincularlo a la gestión de las organizaciones. Y es cierto que no se puede poner en práctica lo que se desconoce. Por eso, empezando por el principio, parece necesario que los directivos comprendan y compartan qué entenderán por Excelencia en su organización, como punto de arranque del camino a emprender.
En nuestra actividad de consultoría, comprobamos con frecuencia la confusión existente en las organizaciones en torno a la Excelencia, como planteamiento estratégico que ponga rumbo y oriente los esfuerzos de mejora.
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