Las redes eléctricas como la de Noruega se pueden extender a lo largo de miles de kilómetros, conectando centros de generación y usuarios finales de energía eléctrica a través de innumerables subestaciones y de una densa red de cables y líneas aéreas de transmisión.
En una red bien gestionada, las anomalías se resuelven de una forma suave, evitando así la caída del sistema. Con la creciente utilización de las redes, debido a la necesidad cada vez mayor de energía eléctrica en todas partes, está a punto de alcanzarse el límite de una operación estable.
En este régimen de operación la red como conjunto debe estar equilibrada y se precisa control y vigilancia en una gran superficie. Esto parece fácil, pero debido a la naturaleza de un sistema complejo y oscilante como la red eléctrica, en realidad es un reto técnico de gran envergadura.
Statnett, operador del sistema noruego, SINTEF, grupo noruego de investigación científica e industrial y ABB, proveedor de soluciones técnicas al problema, han unido sus fuerzas para controlar más firmemente la red.
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