La buena práctica clínica del médico de familia incluye, de forma creciente, la realización de actividades preventivas, con un gran potencial de beneficio para el paciente. A menudo, sin embargo, los posibles efectos negativos, p. ej. los errores de las pruebas de detección o el etiquetado, se subestiman.
Los problemas éticos suscitados por la práctica de la medicina preventiva clínica (MPC) tienen que ver, principalmente, con el carácter de personas sanas y que no han demandado la asistencia de los pacientes, la distribución equitativa del escaso tiempo de los profesionales y la facilidad por contaminar con valores personales la relación con el paciente.
El conocimiento de estos problemas ayudará a prevenirlos y, en consecuencia, facilitará mantener un balance beneficio-riesgo favorable para el paciente cuando se somete a estas actividades.
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