M. A. Gómez España, Raquel Serrano Blanch, Enrique Aranda Aguilar
El cáncer de esófago, aunque es una neoplasia poco frecuente, tiene una elevada mortalidad, siendo la supervivencia global del 5-30% a los 5 años.
En los últimos años se han incorporado nuevas técnicas diagnósticas como ecoendoscopia, TAC helicoidal, PET, TAC-PET, que nos están ayudando a una mejor estadificación y por tanto a un mejor conocimiento del pronóstico de los pacientes para poder establecer la mejor estrategia terapéutica.
Hoy por hoy, se han mejorado y ampliado las opciones de tratamiento con la incorporación de nuevos fármacos y combinaciones, diferentes estrategias de tratamiento (cirugía radical o paliativa, neoadyuvancia, quimio-radioterapia concomitante o secuencial, quimioterapia o radioterapia paliativa) y por otro lado, un mayor conocimiento de la biología molecular y la aparición de fármacos dirigidos contra dianas específicas; buscando siempre un mejor conocimiento de la historia natural de la enfermedad, la mejor estrategia diagnóstica y terapéutica y en definitiva mejorar la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes.
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