El objetivo de la asistencia sanitaria pública es proveer al ciudadano, en el nivel asistencial más adecuado y de la forma más eficiente posible, de aquellos servicios que mejor preserven o restauren su estado de salud. Para ello, la interacción de clínicos y gestores se hace necesaria, y un buen entendimiento por ambas partes debe ser un punto de partida elemental para desarrollar un modelo de organización de consultas que busca una asistencia sanitaria de calidad.
Varios son los elementos de los que depende la calidad de la atención sanitaria, entre ellos destacamos: a) continuidad asistencial, b) participación de los profesionales en la gestión de las consultas y c) participación de los pacientes en las decisiones clínicas.
Probablemente, el elemento más importante es entender los servicios sanitarios como una responsabilidad de todos, considerando siempre, como principal objetivo la satisfacción del ciudadano.
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