El pasado mes de diciembre se aprobó la Ley de Estabilidad Presupuestaria que impone la obligación a todo el sector público de mantener anualmente el equilibrio en las cuentas públicas. Esta ley divide el sector público español en dos grandes bloques en función de la naturaleza de las fuentes de financiación de los entes que lo conforman, distinción que resulta decisiva pues se establecen dos criterios distintos de entender el concepto de estabilidad presupuestaria, equilibrio o superávit y equilibrio financiero. En este artículo se analiza el significado de ambos conceptos de estabilidad presupuestaria y las implicaciones que la entrada en vigor de esta ley tiene en los distintos niveles de la Administración: Estado, Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales.
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