El recinto amurallado de Talamanca de Jarama tiene una larga historia llena de conflictos bélicos que lo han destruido en numerosas ocasiones. Por este motivo, la muralla ha sufrido numerosas etapas de reconstrucción y ampliación (s.IX, s.XIII, s.XIV y s.XVII), a las que hay que añadirle numerosas intervenciones de restauración en el último siglo (s.XX). Los ladrillos junto con los tapiales y las piedras son los principales materiales de construcción identificados.
Los ladrillos estudiados por microscopía de luz polarizada (MO), difracción de rayos X (DRX), espectroscolorometría, ultrasonidos y porosimetria de intrusión de mercurio, han permitido diferenciar cinco tipos, pertenecientes a distintas épocas de fabricación. Son los ladrillos más antiguos (tipo I) y los más modernos (tipo V), los que más diferencias muestran entre sí. En general, los cinco tipos de ladrillos presentan heterogeneidades debidas a una fabricación deficiente y que son las responsables del proceso de deterioro que les afecta, aunque estos ladrillos hayan sido colocados recientemente, en la última intervención.
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