El sector energético es ilustrativo de los fuertes vínculos entre la economía y el medioambiente. Por un lado, el entorno provee de recursos primarios al sistema transformador de energía, y por otro, éste recibe los impactos de residuos y emisiones derivados del mismo. En la actualidad, el espíritu de las políticas medioambientales aplicadas al sector energético están relacionadas con este segundo aspecto. El objetivo de estas políticas es tratar de reducir y controlar las externalidades negativas del sector energético. A tal fin, el mercado puede ofrecer los resultados buscados de una forma eficiente, siempre que la regulación sea desarrollada adecuadamente.
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