En las obras de arquitectura los cálculos estructurales suelen ser pocos y sencillos, más bien para corroborar algo que se sabía de antemano. Los números se hacen, en su mayor parte, para explorar soluciones; cuando se trabaja en un caso particular debe operarse en un marco conocido, con valores predictables y soluciones tabuladas, sin sorpresas. Hacer números para fiarse a pies juntillas de ellos, es como una cita a ciegas, algo no recomendable en estructuras. Este artículo muestra cómo usar los conocimientos estructurales para explorar una solución: la de un collarín para soportes metálicos.
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