La pubertad es un proceso complejo secundario a la activación y maduración del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal (HHG). En su desarrollo intervienen factores genéticos y ambientales. La causa más frecuente de pubertad precoz (PP) es la activación del eje HHG o pubertad precoz central (PPC), existiendo una PP periférica (PPP) por incremento de esteroides sexuales no regulados por gonadotropinas y una forma mixta de inicio periférico y desencadenamiento posterior de una PPC. La PP por la exposición temprana a niveles elevados de estrógenos puede llevar a la afectación de la talla adulta por el cierre precoz de las epífisis si el diagnóstico y el tratamiento no son precoces.A veces tiene importantes implicaciones psicológicas y sociales. El tratamiento se basa en análogos de GnRH en la PPC y en la forma mixta y terapia frenadora de la síntesis y acción de los esteroides sexuales y etiológica en la PPP. La pubertad retrasada se define como la falta de comienzo puberal a los 13 años en la niña y 14 en el varón. La causa más frecuente es el retraso constitucional que aunque finalmente se consigue una maduración sexual completa y una talla adecuada puede tener un impacto psicológico negativo. Menos frecuente es el retraso o ausencia de la pubertad secundaria a causa orgánica, genética o sindrómica, que comprende los hipogonadismos hipo o hipergonadotropos de distintas etiologías. El tratamiento, si se puede, debe ser etiológico y hay que inducir la pubertad en el varón con testosterona a dosis progresivas por vía intramuscular o subcutánea y luego mantener la virilización con testosterona en parches o gel y en la niña la inducción de la pubertad se hará con estrógenos orales o transdérmico a bajas dosis añadiendo posteriormente gestágenos cíclicos.
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