La economía mexicana ha experimentado profundos cambios en su estructura productiva en las últimas dos décadas, a partir de la adopción de una nueva estrategia de desarrollo. Tal evolución estructural incluye la mayor integración con la economía internacional y una mayor presencia de las importaciones intermedias en los procesos productivos. Ello tiene consecuencias sobre diversas variables de la economía, por ejemplo, su capacidad de generar empleo. Este documento explora tal fenómeno en el marco del análisis estructural y el modelo Insumo-Producto; en particular la metodología propuesta emplea los coeficientes importantes como indicador del grado de integración intersectorial al interior de la economía y propone una medida de la capacidad de generar empleo asociada al grado de integración.
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