El artículo analiza las condiciones consideradas fundamentales para el desarrollo de buenos programas de practicum y prácticas en empresas. Son cuatro las condiciones que plantea: 1) doctrinales; 2) curriculares; 3) organizativas; y 4) personales. De la conjunción de una adecuada articulación del practicum en los cuatro ejes, se derivará la mejor o peor definición de su sentido y de sus aportaciones a la formación de los futuros profesionales. Advierte de posibles peligros que podrían obstaculizar la realización de buenas prácticas y propone diez criterios de calidad para el practicum
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