Al sistematizar distintas investigaciones sobre la migración internacional, se encontró que uno de los momentos en que los salvadoreños migrantes vuelven a sus lugares de origen es durante las fiestas patronales. Ese tiempo especial para el descanso y la música ha sido construido desde tres ámbitos: las iglesias locales; la alcaldía y otros actores del municipio; y los empresarios y comerciantes, cada uno con sus espacios de acción y rituales que aseguran la continuidad de la celebración. Un nuevo actor se viene a sumar a esta festividad y cambia la manera de vivirla: el migrante se apropia de la fiesta y la vuelve un espacio de intercambio, en palabras del mexicano Miguel Moctezuma, un espacio donde los ausentes se vuelven presentes. Este artículo explora las nuevas vivencias de las fiestas patronales y la transformación que las migraciones producen en ocho municipios del país.
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