El texto destaca la importancia de entender la posmodernidad en el marco de los sistemas para dar cuenta de una teoría de la experiencia como construcción humanista, con vistas a hacerla complementaria (y potencialmente transformable) a una teoría de la acción construida a partir de una construcción naturalista. Jung articula el espacio-tiempo semántico como un sistema de significado que tiene como centro el sí-mismo y las intenciones del sujeto en el marco de las interacciones. Centrándose en los subsistemas de orientación, da idea de algunos elementos para la asignación de significado a las experiencias internas y externas del sujeto, reconociendo a los sistemas sociales como sistemas de experiencias y acciones al interior y entre individuos que se comunican entre sí a través de expectativas mutuas mediatizadas por la cultura, e interpretadas en estos sistemas cúspides.
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