Los acontecimientos de septiembre de 2001 y los de Afganistán, Irak y otras partes del Medio Este ha resaltado las relaciones entre religión y terrorismo. Sin embargo, inicialmente lestos campos de investigación estvieron separadsos. ¿Cómo puede el estudio de religión, especialmente de las nuevas religiones y las religiones extremistas, ayudar al estudio de terrorismo? Este artículo intenta realizar una revisión de las relaciones de estos campos e identificar algunas perspectivas fructíferas de investigación. Ambos campos han pasado de un enfoque individual a un modelo complejo que integra factores personales, de grupo y colectivo y han pasado de una orientación completamente psicológica o sociológica a una perspectiva psicosocial, examinando las interacciones entre los niveles múltiples de causalidad. El reciente trabajo de Jerrold Post sobre las motivaciones terroristas y organizaciones, el de Catherine Wessinger sobre los tipos de creencias milenarias y el potencial violento entre nuevas religiones, así como la investigación de otros autores resaltan el cambio hacia una teoria interaccionista y contextual de la violencia.
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