Se ha pretendido analizar los resultados del tratamiento y más de 5 años tras su finalización para la estrategia ortopédica de corrección de la Clase II división I con retrognatia mandibular. Queríamos saber si los casos terminados en sólida interdigitación de caninos y bicúspides eran estables dentooclusalmente y si dicha estabilidad se acompañaba de mantenimiento de la relación esquelética. Los datos obtenidos parecen sugerir que la normalización alcanzada tras el tratamiento se debe más a compensaciones dentoesqueléticas que a un relevante cambio en la posición mandibular que, no obstante, no es, ni mucho menos, despreciable. La normoclusión alcanzada tras el tratamiento es estable en la gran mayoría de los casos estudiados.
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