Conocer los nuevos valores y las culturas emergentes del cliente de hoy es fundamental para comprender y poder analizar sus posibles repercusiones en el consumo de mañana. La competitividad empresarial no se halla tanto en los niveles de eficacia como en los niveles de eficiencia. La similitud de un producto y sus prestaciones abre paso a nuevos elementos de optimización del factor tiempo, y la organización más competitiva es aquella que, ofertando el mismo tipo de producto, es capaz de ofrecerlo con el menor tiempo de espera y en el menor tiempo de prestación.
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