Este artículo muestra que el hecho de que Manuel Machado conociera la adaptación cinematográfica de Lubitsch y la versión teatral de El hombre que yo maté de Maurice Rostand (la cual reseñó), pudo ser uno de los principales estímulos para la redacción de El hombre que murió en la guerra, dadas sus numerosas coincidencias argumentales. Por otra parte, una «Crónica de París» de Manuel Machado, escrita desde el frente francés de la Gran Guerra y publicada en 1919, aparece como intertexto en el primer acto de El hombre que murió en la guerra. Estos datos, desconocidos hasta el presente, indican que la paternidad de El hombre que murió en la guerra (de la que también se estudia su génesis, su estreno y sus intentos previos de ser llevada a escena) no pertenece exclusivamente a Antonio Machado, y también que Manuel Machado no jugó un papel subordinado o pasivo en su elaboración, sino que seguramente fue su principal impulsor.
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