El proyecto sionista en Palestina estuvo acompañado de un proceso de separación de la población autóctona y, cuando fue posible, también de su expulsión. Esto fue consecuencia, por una parte, de la ideología sionista que buscaba la creación de un Estado étnico para el pueblo judío. Y por otra parte, fue producto de la victoria de los grupos de la izquierda sionista sobre el capital privado. Los primeros defendían un proyecto colonial ¿blanco¿, con sustitución de la población indígena por población europea, mientras que los empresarios habrían preferido un modelo colonial clásico, con explotación de la mano de obra palestina. La separación étnica tuvo dos dimensiones ligadas entre sí: la defensa del trabajo judío y la limpieza étnica territorial. En este artículo analizaremos las bases ideológicas de la política de separación y la dinámica de imposición del trabajo judío.
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