Luis Castilla Guerra, María-Carmen Fernández-Moreno, José Manuel López Chozas, María Dolores Jiménez Hernández
Introducción y desarrollo. El papel de las estatinas en la prevención del ictus ha sido durante mucho tiempo tema de controversia, sobre todo porque la correlación entre los niveles séricos de colesterol e ictus no se ha establecido con claridad. No obstante, numerosos ensayos aleatorizados con estatinas y varios metaanálisis posteriores han demostrado que las estatinas disminuyen la incidencia de ictus de cualquier tipo, con una reducción de riesgo relativo del 21%, y este efecto se debe fundamentalmente al grado de reducción del colesterol LDL (colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad), con efecto hipolipemiante. También se ha demostrado que los beneficios de las estatinas van más allá de la reducción de los niveles de colesterol y que éstos pueden ser independientes de los niveles basales de lípidos del sujeto. Son los denominados efectos pleiotrópicos, entre los cuales se incluyen la estabilización de la placa aterosclerótica, el efecto antiinflamatorio, el efecto antitrombótico y la mejora de la reactividad vasomotora. Conclusión. La reciente aparición de los resultados del estudio SPARCL (Stroke Prevention by Aggressive Reduction in Cholesterol Levels), junto con la publicación de las guías de la American Heart Association y de la Sociedad Española de Neurología, que otorgan a las estatinas un papel principal en la prevención del ictus, abren nuevas perspectivas para el uso de las estatinas en la patología vasculocerebral.
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