La Comunidad Valenciana ha consolidado una sólida estructura de alojamiento a lo largo del litoral mediterráneo orientada a su especialización en el producto «sol y playa». Así, junto a una amplia red de establecimientos hoteleros de categoría media, se ha venido asistiendo a un crecimiento considerable de segundas residencias, que en la actualidad compiten para captar Ias estancias de turistas nacionales y extranjeros. El artículo trata de aproximar la capacidad de absorción de la demanda turística en los destinos costeros valencianos, en base a la potencialidad del alojamiento turístico de cada municipio y su incidencia sobre el territorio, a la vez que sugiere actuaciones para acometer políticas activas que garanticen la sostenibilidad de esta actividad económica en un entorno de fuerte competencia.
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