Como señala Csikszentmihalyi (2003), las nuevas ideas pueden morir tanto por la oposición como por la aceptación no-crítica, y el peligro real de la Psicología Positiva es convertirse en un movimiento ideológico. El objetivo de este artículo es mostrar las principales líneas de debate abiertas sobre este movimiento para dar al lector la oportunidad de compartir las reflexiones previas sobre los alcances y límites de la Psicología Positiva. Se comentan varias cuestiones principales: su pretensión de novedad y la falta de reconocimiento al trabajo científico precedente, su todavía poca calidad científica (la pobreza de sus definiciones, la falta de claridad en la correlación y co-ocurrencia entre sus variables, la necesidad de utilizar diseños de investigación más adecuados a sus fines, etc.), el peligro de dicotomizar y sobresimplificar la experiencia humana, el peligro de llevar al extremo la actitud positiva y perder de vista una parte de la realidad, o la creación de necesidades en la población general. El artículo finaliza comentando la coincidencia entre los propósitos y contenidos de la Psicología Positiva y la Psicología de la Salud.
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