Donald Davidson alcanzó celebridad en el mundo filosófico con la publicación en 1963 de su artículo ¿Acciones, razones y causas¿. En él sostuvo la tesis de que la explicación de una acción mediante razones constituye una forma de explicación causal en la que las razones son entendidas como causa efectiva de la acción. Esta tesis cobró máxima relevancia al interior del contexto intelectual en cuyo seno surgió. Al publicarse el artículo en cuestión, en el mundo anglosajón predominaba la idea de que las razones no eran causa de la acción. Esta idea había sido defendida principalmente por filósofos de orientación wittgensteniana. El presente ensayo aborda algunas de las principales pruebas que se aludieron en defensa de la tesis que sostenía el carácter no causal de las razones, poniéndolas en contraste con los argumentos de los que Davidson se sirve para mostrar la posibilidad de que pueda haber implicaciones lógicas entre determinadas descripciones de eventos, sin que esto impida que tales eventos se relacionen como causa y efecto, dando lugar a lo que en su momento fue ¿y sigue siendo- un original planteamiento filosófico.
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