La Normativa Europea obliga al etiquetaje de los alimentos y piensos cuando el contenido de Organismos Genéticamente Modificados o OGM, es superior al 0,9%. Esto ha incidido en la necesidad de poner a punto unos métodos de detección de OGM que respondan a la legislación establecida por la Unión Europea.
Los mecanismos de detección de transgénicos deben estar adaptados a cada producto bruto o derivado y a cada OGM buscado. Los métodos de análisis que detectan el ADN transgénico son los más utilizados. La técnica conocida como Reacción en Cadena de la Polimerasa o PCR, permite obtener gran cantidad de ADN idéntico al de partida, camino indispensable para llegar a detectar, identificar y cuantificar el OGM de interés.
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