Entre los condicionantes de la actividad agrícola merece destacarse algunos: Su estricta dependencia de los factores físicos; el gran número de empresas y empresario agrícolas, que hace "sumamente difícil planificar nada"; la especial idiosincrasia de las gentes del campo; la compatibilidad y la incompatibilidad de las metas productivas entre las diferentes regiones, etc. Existen además aquellos condicionantes y limitaciones que "se derivan de la política económica", y que se pueden resumir así: Negativo: no cabe hacer una verdadera planificación regional sobre la base sólo de la agricultura. Positivo: la dimensión regional es verdaderamente la propia de la agricultura. La concentración excesiva de la población opera a favor de una distribución más armónica, que sin desaprovechar las ventajas de aquélla sea más humana. En resumen, el desarrollo regional necesita de la agricultura, y ésta ha de plantear sus acciones e instituciones con base regional.
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