Los flujos de capital hacia los países en desarrollo experimentaron un crecimiento acelerado alrededor de 1990. En este artículo se examina su comportamiento y sus efectos sobre las economías receptoras. Se analizan sus modalidades, causas y las características principales de dos crisis a ellos asociadas: la del ?efecto tequila? de 1994-1995 y la de los países asiáticos de 1997. Estas crisis difieren de otras anteriores ligadas a políticas fiscales expansivas, como las de México de 1976 y 1982. Varios factores contribuyeron a generarlas, entre los que destacan sobrevaluaciones de las monedas locales, liberalizaciones financieras seguidas de rápidas expansiones crediticias y, sobre todo, desajustes entre la madurez de las inversiones y la de los instrumentos que las financian, que desembocaron en problemas de liquidez. Con la perspectiva de las enseñanzas de las crisis de los noventa, se estudian diversas medidas preventivas que pueden tomar los gobiernos en los ámbitos nacionales, y algunas propuestas recientes para modificar la forma en que operan los mercados financieros internacionales.
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