Las narraciones ocupan un lugar muy importante en la Biblia y se ofrecen como portadoras de la revelación de Dios, en el tiempo que va entre los acontecimientos primordiales (cf. Gn. 1-11) y "el fin" (cf. Ap.). ¿Se trata sólo del empleo de un género literario o la narración esté exigida, de alguna manera, por la experiencia de fe que condensa la Sagrada Escritura? El autor sostiene la segunda proposición. Después de recordar que la actual estructuración de la Biblia refleja un determinado paradigma de la experiencia creyente, ofrece un modo de entender qué es "historia" y su relación con la narración, y finaliza describiendo brevemente algunos tipos de formas narrativas que se encuentran en el Antiguo Testamento, como vehículo privilegiado para referir "el paso de Dios por la historia".
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