El Boscán maduro se atormenta recordando que cuando niño nadie le tomó en las rodillas, pues lo que una vez le afligió seguiría afligiéndole para siempre. «Mi cuerpo, cuanto él es, es esta llaga». Para Boscán «todos los días son un mismo día», porque se halla atrapado en el clásico túnel de los deprimidos sin luz a su final. Así en su verso nos hace la «gran historia [de un] alma casi como muerta». Distingue entre las cuitas literarias del poeta petrarquista y el inexplicable pesar que daba forma a su vida interior. Entonces la depresión se llamaba melancolía, y sus síntomas eran (son) la suspicacia, el miedo, el cansancio, el masoquismo, la huida de la cura, una problemática identidad personal, etc., como confirmaban Hipócrates, Galeno, Celso, Petrarca, doña Oliva Sabuco de Nantes y otras autoridades.
The mature Boscán torments himself remembering that when he was a child no one took him on his knees, for what once afflicted him would afflict him forever. «My body, in so far as it exists, is this wound». For Boscán «all days are the same day», because he is trapped in the classical tunnel of the depressed without light at its end. Thus in his verse he tells the «great history [of a] dead-like soul». He distinguishes between the literary complaints of the Petrarchan poet and the unexplainable sorrow that gave shape to his inner life. Then depression was called melancholy, and its symptoms were (are) suspicion, fear, fatigue, masochism, the flight from treatment, a problematical personal identity, etc., as confirmed by Hippocrates, Galen, Celsus, Petrarch, Oliva Sabuco de Nantes, and other authorities.
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