El artículo se centra en el interés de que la administración del agua utilizada en el regadío español sea adecuada, lo que justifica en base a su importancia cuantitativa en el balance hídrico. Analiza su problemática haciendo referencia a condicionamientos básicamente técnicos, aunque reconoce que este marco es relativamente estrecho, por comparación con el impuesto por otras limitaciones de carácter económico-social. El trabajo destaca las dificultades técnicas para manejar correctamente el agua de riego y hace observar la meticulosa atención que requiere su utilización eficiente. Pone de manifiesto que la información actualmente disponible sobre los términos del balance hídrico relativos al riego es insuficiente, tanto a escala de grandes sistemas de riego como de unidades de cultivo. Justifica así la conveniencia de desarrollar programas de asistencia técnica basados en una intensa y permanente actividad para evaluar riegos en campo; pero considera que la actual estructura de la administración de las aguas no dispone de los medios necesarios para ello, lo que contribuye a explicar que las expectativas generadas por el avance tecnológico actual no hayan sido debidamente respondidas. Haciendo referencia a aspectos administrativos que condicionan la explotación de las aguas de riego, concluye que. complementariamente a disposiciones legales que han promovido el mejoramiento de sistemas de riego antiguos y con las que se tiende a su modernización, se hace necesario impulsar auténticos programas de asesoramiento a los regantes. Lógicamente, acompañándolos de acciones legales que flexibilicen el manejo de los sistemas de riego y reconozcan a sus comunidades de regantes una mayor capacidad de autogestión y de autofinanciación.
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