Este ensayo documenta tempranos intentos elitistas para lograr que los grupos populares, especialmente el artesanado, se unieran a asociaciones religiosas o políticas a fines de las décadas de 1830 y 1840. Los destinatarios contestaron a tales esfuerzos con distintos �repertorios de confrontación.� Una respuesta típica del pueblo fue la indiferencia.
Otras, más complejas, incluyeron el acompañamiento/apoyo cauteloso y, más tarde, la reacción violenta, reflejo de los peligros inherentes a las alianzas forjadas entre distintas clases sociales. El artículo también se ocupa de otra modalidad de respuesta popular a comienzos de la década de 1850: el bandidismo. El líder supuesto de los asaltos populares fue el tristemente célebre abogado José Raimundo Russi cuyo destino trágico es indicativo de que, en sus esfuerzos por contener a las masas desbordadas, las elites suelen estar dispuestas a incurrir en un grado similar, e incluso aún mayor, de violencia que las mismas masas. Los temas tratados aquí están relacionados con la historia de la acción colectiva y la política popular urbana en América Latina. También se tratan asuntos referentes a la �esfera� y/o los �espacios públicos� en la Iberoamérica colonial y post-colonial.
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