El Partido Socialdemócrata sueco perdió las elecciones legislativas, tras estar en el Gobierno durante doce años. Las causas de la derrota tienen que ver con cierto abandono, por parte de la socialdemocracia, de su cultura, su narrativa y su ética política, que ha distanciado al partido de sus bases sociales populares. Además, abandonó el compromiso con políticas de pleno empleo que habían caracterizado a la socialdemocracia, haciéndole vulnerable a las críticas por parte de los partidos conservadores y liberales de ser insensible al desempleo. Tales partidos, por otra parte, aceptaron el Estado del Bienestar y no pidieron la reducción de impuestos. Incluso el partido conservador se presentó como el partido de los trabajadores.
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