A través de los sermones parroquiales, obra clave de Newman, nos adentramos en su noción de contemplación cristiana como percepción y vivencia de la comunión con Dios. La vida cristiana es la vida con Cristo en Dios, una vida de relación real, escondida pero continua, con la Trinidad. Esa vida con Dios en el mundo presente necesita de la oración como medio de elevar toda la realidad humana hacia Dios. De esta manera, es posible dar gloria a Dios a través de las ocupaciones temporales. La vida cristiana es la vida en el misterio de la comunión del Padre, Hijo y Espíritu Santo con el sujeto humano. Esa vida espiritual se conoce por la fe, pero se expresa y percibe mediante la actividad de oración continua.
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