El tema de la "nueva Jerusalén" proviene del AT y la tradición judía. Antes del Apocalipsis fue recibido por los cristianos en dos vertientes (material "judaizante" y "espiritualizante"). Ante ellas este libro, con la nueva Jerusalén "que baja del cielo" (Apc 21,1-8), presenta una nueva concepción en la cual la nueva Jerusalén es realmente una ciudad en la tierra, pero espiritualizada y litúrgica. Cuatro líneas surgen luego en la interpretación de esta perícopa: la "nueva Jerusalén" como realidad material futura; como realidad espiritual futura; como realidad espiritual presente; como realidad material ya presente, tal como la entendieron el montanismo y otros movimientos religiosos, incluso algunos contemporáneos
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