La cristología de las Cartas Pastorales posee una perspectiva soteriológica en cuanto que, al igual que Dios mismo, Cristo es llamado "salvador". Esta denominación se combina con el lenguaje de manifestación (epifáneia) que proviene de la LXX, de la cultura helenística y del culto imperial, conectando así tradición bíblica con cultura grecorromana. Este estudio de Tito 2,11-14 y textos relacionados hace ver que al remitir al lector a su mundo cultural las Pastorales realizan un esfuerzo de inculturación de la fe, preservando su contenido tradicional -Jesucristo muerto y resucitado, único mediador de la gracia ofrecida por Dios para salvación de todos los hombres-, pero revistiéndolo de un lenguaje nuevo
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