El autor de la Carta a los Hebreos, cuando exhorta a los lectores para que no se dejen extraviar por doctrinas nuevas y extrañas, los invita a permanecer fieles a la predicación tradicional, y termina diciendo enfáticamente: "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y para siempre" (13, 8). La imagen de Jesús que fue anunciada a esta comunidad - y que pertenece a su confesión de fe - tiene rasgos novedosos. El autor la expone magistralmente recurriendo a la exégesis alegórica, a la vez que deja entrever una gran familiaridad con los escritos de Filón de Alejandría
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