Presidente del Gobierno en 1981 y 1982, tras abandonar la política sorprendió a muchos con su prosa elegante, su inteligencia, su socarronería, en su "Memoria viva de la Transición", libro al que seguirían otros. Él fue quien propuso al Rey que el hijo mayor de Valle-Inclán fuera dotado con el Marquesado de Bradomín, el personaje "feo, católico y sentimental" creado por Valle en sus "Sonatas".
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