Esta pintura con los Amores de Júpiter y Calisto fue adquirida en el comercio londinense con atribución a Gerard de Lairesse. Su estudio detenido ha permitido su restitución al famoso discípulo de Rubens, Erasmus Quellinus. La comparación con obras conocidas de Quellinus apoya nuestra hipótesis de autoría, al reconocer el estilo, los modelos y el colorido armónico que le son propios, así como su inspiración en la escultura clásica. A estas consideraciones estilísticas se une una prueba documental: su localización en el inventario de los bienes del pintor, según su inventario post-mortem de 1676
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