Desde el 24 de enero de 2002, la separación vertical mínima entre aeronaves se ha reducido de 2.000 a 1.000 pies (de 600 a 300 metros). Gracias a esta decisión se ha duplicado el número de corredores aéreos existentes -de seis a doce- entre los 29 mil y los 41 mil pies de altitud, el tramo más saturado del cielo europeo. Se estima que la medida incrementará en un 20% la capacidad de tráfico del espacio aéreo europeo y permitirá un importante ahorro en costes de combustible a la vez que contribuirá a la disminución de las demoras.
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