El modelo de financiación autonómica acordado en julio representa el inicio de una decisiva etapa en el desarrollo del proceso descentralizador de nuestro país. A partir de su entrada en vigor el 1 de enero de 2002, las comunida-des autónomas estrecharán los vínculos entre la evolución de sus ingresos y la dinámica económica regional, si bien, la capacidad normativa de la que pueden hacer uso con-tinúa siendo limitada. La heterogeneidad de los distintos territorios y también de sus administraciones regionales marcará sin duda las consecuencias del primer modelo defi-nitivo e integrado de financiación autonómica
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados