En este artículo se hace balance de la evolución reciente de los procesos de dependencia y emancipación familiar de los jóvenes españoles. Diferentes indicadores muestran que, frente a la tendencia creciente de años previos, el grado de dependencia familiar de los jóvenes se ha estabilizado durante el decenio 1996-2005. Esta estabilidad puede interpretarse como el efecto de las presiones contrapuestas de varios factores clave para explicar la decisión de los jóvenes de independizarse: por una parte, la positiva evolución del mercado de trabajo y la caída de los tipos de interés suponen presiones de impulso a la emancipación; por otra, la carestía de la vivienda y las buenas condiciones de convivencia en el seno de los hogares representan presiones inhibidoras del fenómeno. Ahora bien, la información analizada permite también pensar, complementariamente, que se está consolidando una norma ampliamente aceptada, no sólo por los actores implicados –padres e hijos–, sino en general por toda la sociedad española, favorable a la prolongada dependencia familiar de los jóvenes.
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