El compost, producto final de un proceso de transformación de la fracción orgánica de los residuos, es un material de aspecto parecido al humus del suelo, fácil de almacenar y transportar, con un contenido en materia orgánica y elementos fertilizantes que permiten utilizarlo en distintas actividades agrícolas, así como en la mejora de suelos. En definitiva, y dicho de otro modo, su producción implica un proceso (compostaje) largo y biológicamente complejo en el que intervienen distintas poblaciones microbianas, que se desarrollan sucesivamente, llevando a cabo la transformación de los residuos, la materia prima inicial, que puede ser de origen diverso, por espacio de varias semanas, obteniéndose un producto final útil, que es el compost (Solans y otros, 2001)
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